Laurentino Martín, el primer policía local de Piélagos, asegura que para ejercer este trabajo “hoy en día no vale sólo con conocer el código o la Ley, se necesita empatía”

Laurentino Martín, el primer policía local de Piélagos, que  se jubiló el pasado 1 de diciembre, después de 34 años de servicio, asegura que para ejercer este trabajo “hoy en día no vale sólo con conocer el código o la Ley, se necesita empatía”.

De hecho, reconoce que “es difícil salir a la calle y tratar con gente tan distinta”. Por eso, se muestra convencido de que uno de los retos a los que se enfrenta este Cuerpo pasa por aprender psicología y pedagogía para “hacer llegar a una persona lo que tú quieres que entienda”.

Laurentino Martín, conocido popularmente como “Tino”, afirma que, en su caso, tuvo suerte ya que su formación como maestro le ayudó a desarrollar “más fácilmente” su trabajo.

Tras dar sus primeros pasos profesionales en la enseñanza privada, decidió prepararse las oposiciones de Policía Local, con la idea de tener “una seguridad” y poder preparar así una Licenciatura para, luego, hacer otras oposiciones, las de Secundaria.

Sin embargo, confiesa, aprobó la oposición con el número uno, comprobó que el ámbito de trabajo le gustaba y decidió afrontar el reto de montar un cuerpo que no existía -en alusión a la Policía Local del municipio- en una época, rememora, en la que “la gente no sabía lo que era un policía local”.

“El trabajo para crear este cuerpo fue importante”, asevera “Tino” Martín, quien menciona  las relaciones con las distintas instituciones como la Delegación del Gobierno, la Jefatura Superior de Tráfico o los juzgados, pero también las “peleas” con algunos políticos, que “nos tenían como alguaciles”.

No obstante recalca que “yo supe lo que era la Policía Local: un servicio público, con su entidad y su características”.

Asimismo, subraya que “nunca dejé mi inquietud por la docencia” y pone como ejemplo las jornadas de educación vial celebradas durante el curso 1986-1987 en el Colegio Virgen de Valencia de Renedo, las primeras organizadas por una policía local en Cantabria.

Más de tres décadas al servicio de los vecinos y vecinas del municipio

El que fuera el primer policía local de Piélagos explica que la base sobre la que se cimentó la creación del Cuerpo en el municipio fueron las licencias de obras.

“Hasta entonces, tenían que ir los concejales a solicitarlas, después, para eso estábamos nosotros”, apostilla, al tiempo que se refiere al “boom de la construcción” en el municipio, lo que significó para la Policía Local de Piélagos “un mayor conocimiento de la materia”.

Después de más de tres décadas al servicio de los vecinos y vecinas del municipio, “Tino” Martín se muestra satisfecho y es que, en su opinión “nuestra labor se ha entendido y hemos ido acertando”.

En este sentido, constata su lucha contra la imagen del “policía represor” porque, según defiende, “se consigue más de un ciudadano trabajándote su cabeza que calentándole el bolsillo”.

“Yo siempre decía a quien cometía una infracción, que la Administración no tiene un afán recaudatorio, que no va a vivir del dinero que obtenga de las multas”, apunta.

La etapa “dura” de “la movida”

“Tino” Martín también recuerda una etapa “dura” que fue la de “la movida” en Renedo, que tenía lugar los sábados, a la que se refiere como “un follón semanal”, que se saldó, incluso, con algún muerto.

Entonces, comenta, éramos cuatro policías, pero teníamos la ayuda del núcleo reserva de la Guardia Civil y de su puesto en Renedo, al tiempo que aclara que se pudo solventar con  “mano dura con el bolígrafo”.

Además de la movida, “hubo una ocasión en la que lo vi mal”, confiesa. Así, relata la historia de un incendio en un piso de Luis de la Concha, en Renedo, al que acudieron alertados por una vecina que no sabía si los propietarios estaban dentro.

“El compañero y yo entramos a saco y, mientras buscábamos entre el humo, escuchábamos petardazos, pequeñas explosiones, que pensábamos serían los cristales estallando por las llamas”, rememora el recién jubilado policía, quien añade que, “cuando Íbamos a acceder al salón, nos salvó la mujer que llegó y nos mandó salir porque el marido tenía cartuchos de caza encima del armario”.

Si llegamos a entrar, igual a alguno nos pilla,  opina “Tino” Martin, quien, a renglón seguido, incide en que “en ese momento, no lo piensas, lo hicimos y, después, es cuando te entran los sudores”.

Del lado contrario, preguntado por su mejor momento como policía local de Piélagos, admite que es ahora, cuando acaba de irse, que “me recuerden satisfactoriamente” y que, según dice, “dejo muchos amigos aquí, con los que seguiré en contacto”.

En la misma línea, confía en que la idea de servicio público que ha dejado en la Policía Local de Piélagos “se mantenga” y se pone a disposición de sus compañeros por si algún momento le necesitan “ya saben dónde estoy”.

Y ahora, ¿qué?

Recién jubilado, después de 34 años de trabajo en la Policía de Piélagos, “Tino” Martín tiene muchas actividades por hacer y no sólo cuidar su casa y su familia, que es “una de ellas, la más importante”.

Así, forma parte de la Asociación de Veteranos de la Armada, con los reservistas y, hasta la llegada de la Alerta sanitaria ocasionada por el COVID-19, participaban en numerosos actos como el homenaje a la Constitución española que el Ayuntamiento de Piélagos viene celebrando desde el año 2015.

“La alcaldesa conocía esa vinculación con la Armada, me llamó y me pidió colaboración para darle más empaque al acto, quería que hubiera representación de todos los estamentos que tienen que cuidar de la Constitución, no sólo Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local, sino también las Fuerzas Armadas”, enfatiza.

“Tino” Martín, quien opina que la actual regidora municipal ha sabido entender “muy bien” la labor de la Policía Local,  cuenta que ésta le ha dispensado, a petición, suya un permiso para vestir el uniforme de gala en eventos sociales, donde pueda representar a la Policía Local de Piélagos.