#8M2022

Las mujeres de Piélagos, protagonistas del programa especial que Radio Studio ha realizado desde el salón de Plenos del Ayuntamiento con motivo del #8M

Ángela Arenal ha presentado el magazine ‘Plaza Mayor’ que ha contado con la participación de la alcaldesa del municipio, Verónica Samperio Mazorra; la paisajista Ana Laínz Fernández-Fontecha, propietaria de La Silvestre; la bailarina e investigadora Lucía Sierra Cano, promotora del Proyecto ‘Pura Vena’ y la empresaria jubilada Severina Bezanilla Ruiz

Las mujeres de Piélagos han sido protagonistas este martes del programa especial que Radio Studio ha realizado en directo, desde el Salón de Plenos del Ayuntamiento, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Ángela Arenal ha presentado el magazine ‘Plaza Mayor’ que ha contado con la participación de la alcaldesa del municipio, Verónica Samperio Mazorra; la paisajista Ana Laínz Fernández-Fontecha, propietaria de La Silvestre; la bailarina e investigadora Lucía Sierra Cano, promotora del Proyecto ‘Pura Vena’ y la empresaria jubilada Severina Bezanilla Ruiz.

La regidora municipal ha hablado de sus comienzos en la actividad política que, según ha dicho, fueron “por accidente”. Así, se ha referido a su elección como secretaria de la Agrupación socialista de Piélagos y, posteriormente, como alcaldesa “por sorpresa” del Ayuntamiento de Piélagos, en junio de 2015, un hecho que ha calificado, en sus primeros momentos, como “una experiencia terrorífica”.

Samperio ha hecho hincapié en que, una vez asumida esta responsabilidad,“damos lo mejor de nosotros mismos, pienso en lo mejor para el municipio y cada día trato de poner mi granito de arena para hacer un Piélagos un poquito mejor”.

Preguntada sobre los motivos por los que hay pocas mujeres en la política rural, pero también en el urbano, la alcaldesa de Piélagos ha respondido que  las mujeres “tenemos que saltar unas barreras que los hombres no saltan”.

En este sentido, ha lamentado que, a veces, te tratan con condescendencia, porque eres joven y mujer. “En mi caso, ha sido muy habitual”, ha reconocido la regidora municipal, quien ha incidido en que no quiere que le juzguen por cómo va vestida, sino por su trabajo diario porque los problemas a los que se enfrenta “son los mismos que los de cualquier hombre”.

Samperio ha asegurado que las mujeres son “doblemente juzgadas”. Primero, ha dicho, por ser mujer y, después, por nuestro trabajo.

Cuestionada sobre la discriminación positiva, ha dicho que le gustaría que no existiera,  pero ha admitido que, a día de hoy es impensable, porque casi nadie se plantea a priori que las mujeres tengamos acceso a los cargos directivos. 

“Pocos hombres se plantean reducir su jornada laboral para que las mujeres progresen profesionalmente”, ha apostillado, al tiempo que se ha mostrado convencida de que “eso es lo que hay que cambiar: los hombres se tienen que implicar”.

Ana Laínz Fernández-Fontecha ha explicado que, en su caso, tuvo la necesidad de emprender o buscar otra alternativa laboral. “Emprendí por necesidad y por accidente”, ha matizado esta paisajista, quien ha comentado que su proyecto fue adaptándose, no sin dificultad, a las circunstancias.

“No fue fácil, veníamos de una crisis, todo el mundo te metía miedo, pero nosotros teníamos una situación personal en la que la necesidad nos obligó a hacer algo”, ha relatado esta emprendedora, quien ha incidido en que ha ido adaptándose a los tempos.

Así, ha comentado, en los orígenes lo que más trabajaba eran bodas y eventos. Además, durante este tiempo también se formó como instructora de yoga y, de hecho, ha dado clases para la Asociación Cultural de Mujeres de Piélagos, ha hecho artesanía, se ha dedicado a la venta ambulante, etc.

“Una de las cosas más bonitas que hacemos son estos talleres en las que echamos de menos a los hombres”, ha enfatizado esta paisajista, quien  se ha mostrado convencida de que “emprender no es un camino de rosas, pero cuando crees en tu proyecto y pones tus fuerzas en él siempre sales adelante”.  

Por su parte, Lucía Sierra Cano ha contado que de pequeña nunca hizo ballet, pero a los 16 años un tío le invitó a ser su pareja en clases de baile de salón. Fue ese inicio en la “danza social”, lo que le hizo sentirse bien y lo que le llevó a preocuparse por entender la técnica de la danza.

Con este objetivo, se formó en el Instituto universitario Alicia Alonso de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Estaba en tercero de carrera cuando a su madre le diagnosticaron un cáncer de mama “bastante agresivo e invasivo” por lo que volvió a casa, para acompañarla y ese proceso les cambió a las dos.

Esta bailarina, coreógrafa e investigadora ha explicad que el Proyecto “Pura Vena” fue posible gracias, en sus inicios, gracias a la implicación de la alcaldesa de Piélagos, quien le abrió las puertas de la Consejería de Sanidad. Así dimos nuestros primeros pasos y también nos permitió vivir una experiencia apasionante con niños enfermos de cáncer en el Hospital de Cruces de Bilbao, ha relatado Lucía Sierra Cano.

Esta joven emprendedora ha asegurado que tenemos muchos problemas de ansiedad, no sabemos cómo canalizar las sensaciones y emociones y se ha mostrado convencida de que la danza nos ayuda a saber colocarnos, a comunicarnos a sentirnos mejor. “Todos tenemos dentro de nosotros un bailarín”, ha recalcado.

Lucía Sierra Cano ha anunciado que, a finales de mes, presentará su tesis doctoral y, en abril, en colaboración con el Ayuntamiento de Piélagos pondrá en marcha un nuevo programa de bienestar de seis meses de duración

“Hay que encontrar esa idea e ilusión por seguir creyendo en tus sueños porque, a veces, te caes, pero hay que seguir saliendo adelante”, ha resumido esta emprendedora.

Por los micrófonos de Radio Studio también ha pasado Severina Bezanilla Ruiz, quien ha hablado del negocio que su marido fundó en 1965 y al que, posteriormente, se sumó ella, una vez casada.

“Yo era una persona tranquila, pero empecé a ayudar a mi marido.  Él vendía cacahuetes y caramelos, yo los envasaba y él los distribuía con chupa-chups”, ha rememorado esta mujer hoy jubilada, quien ha hablado de sus inicios empresariales cuando  vivían en una casa en la que  adecentaron la cuadra para hacer un almacén.

“Mi marido empezó en bicicleta con un remolque  hasta que le dieron un coche”, ha contado Severina Bezanilla, quien ha señalado que, entonces, en las tiendas había de todo. Vendían bolsas de caramelos de 5 kilos y su marido empezó a venderlos en bolsas pequeñas para hacerse un hueco en el mercado.

Así fue creciendo hasta que les ofrecieron la distribución de Damel por Cantabria. “Mi marido ha sido atrevido y yo no le frenaba”, ha reconocido esta mujer, quien ha recordado que buscaron gente y distribuyeron por toda la provincia sus productos, hasta en las farmacias.

Severina Bezanilla ha explicado que la casa ya no reunía condiciones, así que hicieron una casa con almacén, que también se quedó pequeño por lo que hubo que construir otros nuevos. Primero de 600 metros y luego de casi 2.000.

“El resultado  no se ve de inmediato, pero sí a largo plazo. Por eso, si tienes una idea hay que luchar por ellas”, ha recalcado Severina Bezanilla.