Dice la tradición que dentro del tronco de un roble que ardía en el bosque de Bizute, estaba la imagen de la Santísima Virgen de Valencia, denominada también La Quemada por aparecer parte de la imagen quemada, siendo encontrada por dos pastores. Lo que hace suponer a algunos autores que la advocación a Valencia le fue dada en recuerdo de Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de 1a región Valenciana.

Patrona del Real Valle de Piélagos desde 1921 por disposición del Obispo de Santander, Don Juan Plaza García. La devoción a la Virgen de Valencia es muy grande no sólo en el ayuntamiento de Piélagos sino que se extiende a toda la zona central de la anteriormente denominada Asturias de Santillana, como se constata en los testamentos en los que se encargan misas a la citada virgen durante todo el siglo XVII y XVIII. Los milagros recibidos de la Virgen de Valencia quedaron reflejados en unos cuadros de técnica muy sencilla, de los que sólo queda uno que dice como sigue "Herido gravemente en la batalla de Medellin el Capitán don Josçe Colina Villanueva y en ocasión que los enemigos remataban los heridos, imploro el auxilio de la Virgen de Valencia, con cuya protección logró librarse de este cierto riesgo, siendo socorrido y curado por los enemigos a los pocos días después de haber permanecido sobre el campo de batalla. Sucedió el 28 de mayo de 1809". Según un grabado de Antonio Saravia realizado en 1720 en Roma la imagen de Nuestra Señora se presenta "vestida con túnica y amplio manto de seda blanco, con toca de la misma clase, la Madre, y corona de plata la madre y el hijo. En la mano derecha tiene el cetro, y el niño en su mano izquierda, tiene un globo" con una inscripción debajo que dice: "Verdadero retrato de la Milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Valencia que se venera en el lugar de Vioño, del valle de Piélagos, Arzobispado de Burgos, singular protectora de navegantes y afligidos".