Educación

La Navidad del Centro de día Pro Maiorem de Renedo comienza, por segundo año consecutivo, con la visita de los alumnos del Colegio Antonio Robinet de Vioño

Escolares de 5º de Primaria que participan en un Proyecto de aprendizaje y servicio (ApS) dirigido por su profesora Ana Holgado, acompañados por cuatro estudiantes de 3º de la ESO, visitan a los usuarios del centro de Renedo, con los que comparten una mañana de villancicos, manualidades y bingo

La Navidad en el Centro de día Pro Maiorem de Renedo de Piélagos ha comenzado, por segundo año consecutivo, con una visita muy especial, la de los alumnos del Colegio Antonio Robinet de Vioño.

Al igual que los compañeros y compañeras que les precedieron el curso pasado, los nuevos estudiantes de 5º de Primaria han acudido al encuentro con esos hombres y mujeres que, gracias al Proyecto de aprendizaje y servicio (ApS) dirigido por su profesora Ana Holgado, son ya son sus otros abuelos.

En esta ocasión, lo han hecho acompañados por cuatro alumnos de 3º de la ESO, que forman parte del Plan de Mejora del Aprendizaje y el Rendimiento (Pmar II) del centro, con el objetivo no sólo de que sean protagonistas de su propio proceso formativo sino también responsables de esos otros compañeros más pequeños que ellos.

Todos juntos, entre risas y bromas, cargados con sus flautas, materiales para hacer manualidades y dos bingos, han llegado al centro de día donde les aguardaban impacientes antiguos compañeros de este inusual viaje y hoy amigos, hombres y mujeres como Santiago, Consuelo, Milagros o Mercedes, que ya participaron en anteriores citas, a los que ahora se suman otros nuevos.

Villancicos, manualidades y bingo

El cuarto encuentro intergeneracional, el primero del curso 2019-2020, comienza en la Sala de usos múltiples donde unos -los más jóvenes- interpretan en la flauta ‘Los peces en el río’ para que otros -los más mayores- les acompañen cantando este villancico, eso sí, algo más despacito.

Tras los aplausos llega el bis y los escolares deciden tocar entonces ‘Campanitas del lugar’, un tema no exento de dificultades y es que han empezado a ensayarlo hace tan sólo un par de meses en clase de música.

Después, es el momento de las manualidades. Primero, unos muñecos de nieve y, más tarde, unos pequeños árboles de Navidad, realizados con cartulina, un palillo y una base de plastilina “para que no se caigan”.

Miradas cómplices y algún que otro secreto

El proceso no es fácil y mucho menos sencillo. Repartidos en pequeños grupos, los más jóvenes explican a los más mayores dónde hay que colocar la nariz, la bufanda o el sombrero. Lo hacen entre miradas cómplices y algún que otro secreto.

Fernando explica a sus compañeros de mesa que, cuando era joven, además de viajar muchísimo porque era el secretario del Comité intercentros de la antigua Cristalería Española fundó, junto con otros compañeros, un colegio que tenía el horario de la fábrica donde trabajaban, el mismo en el que hoy estudia este grupo de jóvenes.

También Milagros habla de su escuela, la de Zurita. Emocionada recuerda a quien fuera su profesora, Leonor, “recta, pero muy buena” y en un tono mucho más pícaro y divertido relata sus escapadas, en compañía de sus amigas, a  la localidad de Vargas, donde conoció a su marido, con el que se casó “cuando tenía 20 años”.

Mercedes, por su parte, está encantada con su compañero de tareas. “Este chiquillo es sensacional, enseguida se va a casar”, augura ante la risa del aludido y de sus jóvenes compañeros de mesa.

A pesar del jolgorio, de las voces y de las risas, algunos de los mayores se dan una cabezada. Sin embargo, abren un ojo al escuchar la música, los temas que, de forma improvisada, algunos alumnos y alumnas se deciden a interpretar en sus flautas. “Esta es la canción de Star Wars”, les explican a voces. “Esta, la de una película que se llama Titanic”, apostillan otros.

Recogido el comedor, el encuentro continúa con una partida de bingo, en la que todos, mayores y pequeños, son los encargados de sacar las bolas y de cantar, alto y claro, los números que van saliendo para conocer a los ganadores de la partida antes de que todos juntos se despidan compartiendo un almuerzo.

 ¿Qué es un proyecto ApS?

Un proyecto de aprendizaje y servicio (ApS), como ‘Vamos a contar un cuento, de ayer, de hoy y de siempre … para quien nos quiera escuchar’, es una novedosa propuesta educativa que combina el aprendizaje, a través de la experiencia y conlleva, además, una utilidad social, es decir, la prestación de un servicio en la comunidad o el entorno en el que se desarrolla.

Se trata de un aprendizaje por competencias, de contenidos transversales; mediante una metodología proactiva, ya que cada niño es protagonista de su propia experiencia; de carácter solidario, ya que busca mejorar algunas necesidades de su entorno y, todo ello, con nuevas herramientas, relacionadas con las TIC.

Beneficios de un proyecto de aprendizaje y servicio

El ApS dota de autonomía suficiente a los escolares para que éstos puedan elegir aquellos libros, temáticas o historias en las que quieren trabajar en el aula y que, posteriormente, una vez adaptados a su propio lenguaje, comparten cada mes con los compañeros de 5 años de Educación Infantil, en sesiones de cuentacuentos y, trimestralmente, con los vecinos más mayores, usuarios del Centro de día ‘Pro Maiorem’.

Además,  van publicando en su blog https://vamosacontaruncuentorobinet.blogspot.com/ los distintos materiales elaborados, así como sus salidas y actividades realizadas.