Ricardo Moya de la Torre, ganador del I Premio ‘Solo Tú’ de las Artes Escénicas organizado por la Teatrería de Ábrego
La entrega se realizará en una fiesta abierta al público el próximo 27 de mayo en La Teatrería de Abrego, en la localidad de Oruña de Piélagos
El actor Ricardo Moya de la Torre ha sido galardonado con el primer Premio ‘Solo Tú’ de las Artes Escénicas, organizado por La Teatrería de Ábrego, que, con carácter honorífico y a título póstumo, se le ha concedido a Kathleen López Kilkoyne.
Con este galardón, que será anual a partir de este año, La Teatrería de Abrego quiere poner en valor el trabajo de los premiados en favor de las artes escénicas, de su promoción, difusión y desarrollo; un trabajo que sirve de estímulo a las nuevas generaciones de teatreros y que permite visibilizar el quehacer de artistas, gestores y técnicos que dignifican la profesión con su dedicación y profesionalidad.
Según Ábrego, la sociedad cántabra mantiene un déficit histórico en el reconocimiento a sus creadores y artistas, más acusado en materia de artes escénicas y, por ello, destaca el sentido compensatorio del ‘Solo Tú’, ya que pretende equipar el valor de la creación, ejecución y difusión escénica al de cualquier otra disciplina artística también merecedora de público reconocimiento.
En la misma línea, destaca, además, que este reconocimiento es otorgado por profesionales del sector a dos personas ligadas a Cantabria por nacimiento, lazos familiares y profesionales cuyo trabajo enriquece la imagen y consideración de las Artes Escénicas a nivel nacional.
La entrega de premios se realizará en una fiesta abierta al público el próximo 27 de mayo en La Teatrería de Abrego, en la localidad cántabra de Oruña de Piélagos.
Kathleen López Kilcoyne
Kathleen López Kilcoyne, subdirectora de la productora Pentación y del Teatro Bellas Artes de Madrid, fue una mujer pionera en la gestión teatral. Desde 2005, secretaria general de la Asociación de Productores de Artes Escénicas y Teatros privados de Madrid.
Desde el año 1996 perteneció y trabajaba para la Federación Europea de las Artes Escénicas (Pearle*), participando como delegada por la Federación Estatal de Productores de España (FAETEDA) en la mesa de Diálogo Social en Bruselas. Desde 1998 fue la representante legal de Fernando Fernán Gómez.
Muy querida en la profesión, Kathleen, Kitty para los amigos, comenzó su trayectoria profesional en Santander, ciudad donde nació, a finales de los 80 como actriz en las compañías Ábrego (Mi ventana da al teatro, Los Caballitos del diablo de Pati Domenech) y Caroca (Un día cualquiera de Darío Fo), entre otras, en una época en la que los actores simultaneaban la escena con tareas técnicas o con la confección de vestuario y attrezzo realizando interminables viajes a lomos de furgonetas de cuarta mano.
Desde ahí llegó a lo más destacado de la gestión en el mundo del teatro, siendo una de las primeras mujeres gestoras que ocuparon cargos importantes de decisión.
En 1990 comenzó a trabajar en Pentación, la empresa que en 1988 formaron varios profesionales del teatro, como José Luis Alonso de Santos, Gerardo Malla, Rafael Álvarez El Brujo y Jesús Cimarro. En el 2000 llegó a ser gerente de la compañía y directora del departamento de Distribución.
Después pasó a ser la gerente del Teatro de la Abadía con José Luis Gómez, donde estuvo hasta 2003. Tras dejar La Abadía ocupó el cargo de directora adjunta del Centro Dramático de Aragón, donde estuvo un año y medio. En 2005 volvió a Pentación, como subdirectora.
Su último trabajo fue la obra de teatro “El Padre”, dirigida por José Carlos Plaza y protagonizada por Héctor Alterio, Ana Labordeta, Luis Rallo y Miguel Hermoso, entre otros.
Ricardo Moya de la Torre
Ricardo Moya de la Torre fue el fundador de la Escuela de Arte Dramático de Cantabria, junto a Obdulia Peredo y Román Calleja, en 1989 donde continuó trabajando como profesor de interpretación hasta 1993. En Santander, ciudad en la que nació, también crea en 1989 junto a Obdulia Peredo y otros artistas y gestores culturales, la Compañía de Teatro Variedades del Cantábrico.
Inició su formación en el Institut del Teatre de Barcelona en 1976 donde se licenció en Arte Dramático, momento desde el cual ha forjado, con absoluta dedicación, una de las más largas y sólidas trayectorias escénicas del teatro español.
Reconocido como “un actor de raza”, cabe decir que Ricardo Moya ha estado “en casi todo y con todos” los actores, directores, autores de la escena española de los últimos cuarenta años, no es ninguna exageración.
Desde el Concierto de San Ovidio del pasado 2018, dirigido por Mario Gas para el Centro Dramático Nacional hasta Doña Rosita la soltera, dirigida por Jorge Lavelli para la compañía de Núria Espert en 1981.
Moya ha trabajado a las órdenes de Mario Gas en innumerables ocasiones, pero también a las de Albert Boadella, John Strasberg, Fernando Bernues, Flotats, Hermann Bonnin, Carles Alfaro, Marta Carrasco, Toni Casares, Magüi Mira, Paco Mir, Mariano Barroso, Lluis Pasqual Sanchis Sinisterra y un largo etc; en producciones del Centro Dramático Nacional, Teatre Nacional de Catalunya, Festivales de Mérida, Almagro, Teatros del Canal, La Abadía o el Español.
Ha transitado cómodamente por todo el repertorio del teatro clásico español y universal pero también del más contemporáneo y actual.
En 2010 dirigió para la compañía Quasar de Santander El Rufián en la Escalera y asiduo de la escena de Cantabria repuso en 2016 en La Teatrería de Abrego El sueño de un hombre ridículo de Dostoievski, representaciones sobre las cuales el crítico teatral Fernando Llorente comentó: “Se clausuró la II Muestra Internacional de Teatro con una función especial. Tan especial que reunió a tres hombres, que conformaron un acontecimiento escénico de sobria estética y aleccionadora ética, lejos de esteticismos vacuos y espurios moralismos: F. Dostoievski, autor; Mario Gas, director y Ricardo Moya, actor de ‘El sueño de un hombre ridículo’. Fue un cierre brillante”.