Quijano

Retablo de la Iglesia de Santa Columba

Época
Segunda mitad del siglo XVII.
Materiales
Madera

El retablo se compone de banco cajeado en cuyos entrepaños se disponen sendas puertas de acceso la sacristía y el actual tabernáculo neoclásico de cuerpo único y ático cerrado en semicírculo. Únicamente los soportes paraleleos de la calle central - columnas y machones respectivamente - introducen una ligera sensación de movimiento y volumen. En su arquitectura se conjugan ciertos arcaísmos, tales como la presencia de dobles hornacinas en las calles laterales, con otros motivos de cronología más avanzada como; los marcos de orejas, la tendencia a la unificación del cuerpo del retablo, la invasión del arquitrabe por parte de los marcos, el cierre curvo, y, en general, lo abultado de la ornamentación vegetal. Característico del repertorio decorativo de esta obra son los niños atlantes bajo veneras que se sitúan en los carteles centrales, los marcos de ovas y dardos en dos de los hornacinas, curvas, los cogollos vegetales de los intradoses, así como los aleros, a la vez de talla jugosa y espinosa, de los cierres laterales del ático.

Juan de Camporredondo y Dionisio de Primera Juan de Camporredondo pagó 1.200 reales de 7 figuras de bulto a Dionisio de Pumera.